Sobre la hercúlea tarea de traducir el Ulises de Joyce al kurdo

28 Noviembre, 2023 -
Kaya Genç sobre el arduo viaje del traductor Kawa Nemir.
Coedición con The Dial (París)

 

Ulises, novela de James Joyce
Traducido al kurdo por Kawa Nemir
Avesta 2023
ISBN: 9786258383416

 

Kaya Genç

 

El 15 de junio de 2012, a la edad de 38 años, Kawa Nemir visitó la casa de su familia en Estambul, se tumbó en la cama de su infancia y empezó a traducir la siguiente frase a su lengua materna: "El majestuoso y regordete Buck Mulligan llegó desde la escalera, portando un cuenco de espuma sobre el que yacían cruzados un espejo y una maquinilla de afeitar". A la tarde siguiente, Nemir se llevó el cuaderno, voló a Diyarbakır, en el este de Turquía, y siguió traduciendo al kurdo el resto del Ulises de James Joyce. No se le escapó que era 16 de junio, Bloomsday, el día en que transcurre el Ulises, ambientado en 1904.

Nemir, un poeta fumador empedernido de mirada intensa e inclinación romántica, había pasado una década traduciendo al kurdo sonetos de Shakespeare. En Turquía, y cada vez más en Europa, donde muchos kurdos viven en diáspora, los ratones de biblioteca han madurado con sus traducciones de Emily Dickinson, Sara Teasdale y Walt Whitman.

Para Nemir, traducir Ulises al kurdo era una forma de llamar la atención sobre una lengua que había sido víctima de la política nacionalista en Turquía. El kurdo, que se cree que hablan entre 40 y 60 millones de personas, es una lengua del Irán occidental perteneciente a la familia de las lenguas indoiranias. Dentro de Turquía, donde la enseñanza del turco como primera lengua es obligatoria, el kurdo se enfrenta a varios problemas. Los alumnos de las escuelas públicas sólo pueden cursar kurdo como asignatura optativa, y hay escasez de profesores de kurdo porque el gobierno se niega a contratar y nombrar profesores que hablen kurdo en las escuelas públicas. Si, a pesar de todos estos problemas, un traductor de Turquía que aprendió su lengua materna por su cuenta pudiera traducir Ulises al kurdo, esto serviría de ejemplo para los aspirantes a escritores y traductores kurdos. También mostraría a los turcos la amplitud y riqueza de la lengua que algunos de ellos han despreciado y menospreciado durante el último siglo.

Hijo mayor de una acomodada familia kurda, Nemir nació en 1974. Su propia historia lingüística reflejaba la de muchos de su generación: En casa hablaba kurdo, pero en la escuela estudiaba turco e inglés. Cuando llegó a la adolescencia, Nemir había olvidado el kurdo. Entre 1990 y 1992, mientras estudiaba en un instituto de Estambul, se dedicó a recuperar el kurdo estudiando la lengua todos los días. Decidió dejar de escribir en turco, salvo obras de crítica.

Nemir se dedicó a trabajar en kurdo. Tras licenciarse en literatura inglesa, en 1997 encontró trabajo en Jiyana Rewşen, una revista literaria kurda, y se convirtió en su redactor jefe, animando a colaboradores y lectores a abrir los ojos a la literatura universal y hacerse más cosmopolitas. Mientras tanto, empezó a traducir al kurdo obras de Shakespeare y William Blake.

El artista y escritor kurdo Şener Özmen, buen amigo de Nemir, afirmó que sus traducciones de clásicos ingleses, en especial sus versiones de los sonetos de Shakespeare, dieron a Özmen la confianza necesaria para escribir en kurdo. "Antes escribía en turco, pero me pasé al kurdo, en parte gracias a la pasión [de Nemir] por las lenguas", dijo. "Muy poca gente escribía en kurdo en Diyarbakır, donde yo vivía". De hecho, la mayoría de los kurdos no conocían la gramática, la sintaxis y el vocabulario del kurdo lo suficientemente bien como para escribir en él, y en su lugar optaban por articular la experiencia kurda en ensayos, poemas y libros en turco. El trabajo de Nemir pretendía cambiar esta situación. Como editor, publicó la novela de Özmen Rojnivîska Spinoza (El diario de Spinoza) junto a una traducción al kurdo del poema de William Blake "The Tyger". Fue una época de creciente interés por la lengua kurda y de relajación política parcial. En 2009, el gobierno levantó la prohibición de las emisiones de radio y televisión en kurdo (las emisiones privadas en kurdo habían estado prohibidas durante décadas). Ese mismo año se puso en marcha un canal kurdo de la Corporación Turca de Radio y Televisión (TRT), la radiotelevisión pública. En 2011, la Universidad Mardin Artuklu empezó a ofrecer una especialidad de literatura kurda a los estudiantes universitarios, algo inédito en la historia de Turquía. Un año después, el kurdo se incorporó al plan de estudios como asignatura optativa. "Los libros en kurdo se hicieron más accesibles", afirma Özmen. "Podíamos ir a una librería y ver qué nuevos títulos en kurdo había. Y la nueva voz más emocionante era Kawa Nemir".

En los poemas de su primera colección, Selpakfiroş (Vendedor de pañuelos), del 2003, Nemir juega con la ansiedad de la influencia que se deriva del encuentro con autores tan diversos. "El perejil silvestre -no lo sabes- ha dejado su matiz en el lenguaje", escribe en "After the Rain" (traducido al inglés por Patrick Lewis):

en las afueras de la ciudad las ciénagas braman dóciles como agua
radiantes, seductores, con ojos bien abiertos, recitan los juncos.

Nemir conoció el Ulises en la clase de inglés de la preparatoria. A medida que adquiría más experiencia como traductor y poeta, sintió con fuerza que éste podría ser el texto cuya traducción revelaría el extenso vocabulario y la elaborada sintaxis de la lengua kurda, sometida a siglos de asimilación.

Traducir Ulises a una lengua que pocos turcos podían aprender, pensó Nemir, acallaría a quienes se burlaban de los kurdos diciendo que ni siquiera tenían lengua. Al fin y al cabo, según la historia oficial del Estado turco, los kurdos eran simplemente montañeses turcos cuyo nombre surgió del sonido "kart-kürt" que hacían sus botas al caminar por la nieve. Nemir pensaba que Ulises era el texto que había dado prestigio a la literatura inglesa, con su complejidad estructural, estética y literaria. Nemir pensó que si podía reproducir la proeza lingüística de Joyce en kurdo, con toda su textura gramatical e histórica, nadie podría tacharla de lengua inferior.

La edición kurda del Ulises de James Joyce traducido por Kawa Nemir.

El Ulises comienza a primera hora de la mañana del 16 de junio de 1904, en lo alto de una torre Martello junto al agua en Dublín, donde Stephen Dedalus, de 22 años, se aloja con el estudiante de medicina Buck Mulligan. Al traducir el capítulo inicial al kurdo, Nemir eligió la palabra Til para describir la torre Martello. Para Nemir, los fuertes defensivos de Irlanda se parecían a las torres de vigilancia, o "Tils", de Mesopotamia, similares a las que vio en Diyarbakır, donde viven muchos ciudadanos kurdos de Turquía. Pasó tiempo en Birca Şems, una de las torres locales, a cuya cima subía muchas veces al amanecer, cuando no había nadie, para leer y escribir. La bahía de Dublín le recordaba al río Tigris y su valle.

Nemir sentía que llevaba toda la vida preparándose para emprender esta traducción, ya que a los 20 años había llenado decenas de cuadernos con palabras y expresiones kurdas. Tenía a su lado el Ferhenga Biwêjan a mezin (El gran diccionario), un diccionario de modismos kurdos recopilado por el escritor Dîlawer Zeraq. Zeraq había pasado 20 años preparando esta obra de dos mil páginas, que contiene 18 mil entradas de modismos en kurmanji, la forma más hablada del kurdo, que a menudo se escribe en alfabeto latino. Pero lo que más le ayudó fueron los cuadernos de Nemir, llenos de modismos kurdos que escuchaba en las conversaciones.

En un cuaderno que guardó durante su visita en 1998 a Şırnak, un pueblo con ríos y bosques, figuraban nombres de numerosas criaturas de agua dulce que luego aparecieron en su traducción del Ulises. En otras partes de la novela, se esforzó por igualar el amplio vocabulario de Joyce sobre el mar. Después de todo, señaló Nemir, el Kurdistán es una de las regiones más montañosas del mundo, y los kurdos nunca se alejaron de las montañas. Para el traductor, el problema era encontrar palabras kurdas para las criaturas marinas que los escritores kurdos no habían mencionado en sus obras y que, por tanto, seguían sin nombrarse en kurdo. Estudió varios géneros de peces, tratando de localizar palabras empleadas en textos kurdos, para lo que recurrió a sus cuadernos. En 1994, Nemir había garabateado la palabra "camino de ballenas" en un cuaderno mientras estudiaba Beowulf en la universidad. Sabía que los kurdos llamaban neheng a las ballenas, así que escribió en su cuaderno: "camino de las ballenas: rêka nehengan".

La epopeya del siglo XVII Mem û Zîn, del poeta kurdo Ehmedê Xanî, un romance místico sobre dos amantes desastrados, fue una de las principales fuentes de Nemir. De él extrajo nombres de barcos: Xanî describe zenberîs, pequeñas embarcaciones que navegaban de Diyarbakır al Golfo Pérsico. Eso le resultó útil cuando Nemir trabajaba en "Cíclope", el capítulo 12 de Ulises. Si no encontraba nada en las fuentes kurdas o en sus cuadernos, Nemir acuñaba palabras él mismo, basándose en el latín y el griego.

A veces, modelaba su sintaxis a partir de la poesía kurda. Para traducir "Los bueyes del sol", el capítulo 14 del Ulises, que transcurre en un hospital de maternidad durante el nacimiento de un hijo y examina los inicios y el desarrollo de la lengua inglesa, se basó en la literatura clásica kurda y transpuso los versos a la prosa del capítulo. La traducción del capítulo le llevó cuatro años, ya que reflexionó sobre cada una de las palabras durante muchos meses.

Otro cuaderno no era más que un diccionario de palabras que Nemir había recopilado de conversaciones con convictos kurdos, palabras que describían detalles sobre beber alcohol, jugar a las cartas y practicar sexo. Por ejemplo, bûye pilot, una expresión que Nemir había oído a un convicto durante su estancia en una prisión de Mardin, describe a "alguien listo para la acción a todas horas del día". Pero la palabra, que tiene un doble significado, puede sugerir tanto coraje como bebida. Al describir a Bob Doran, un personaje que sufre un mal matrimonio en el Ulises e intenta escapar de él mediante una extravagante borrachera alcohólica, escribió: "Hê di sa'et pênca da bûye pilot": "Borracho a las cinco".

Más de treinta de los cuadernos de Nemir contenían palabras que aprendió de su madre, gran conocedora de la lengua kurda. "Las utilicé todas en Ulises", dice. Entre las palabras, proverbios, expresiones y modismos que le dictaba su madre estaban cagarê lihêfê ("colcha"), 'ilmê sînemdeftera ("sabiduría popular") y zimanê maran li ber min qetand ("por tus amables ruegos"). "No conocía ninguna de estas palabras que utilizaba, y todas eran kurdas", recordó Özmen. Nemir dijo que consideraba esas palabras, modismos, proverbios, metáforas y términos del argot como "salvados de la muerte porque encontraron su lugar en Ulises".


Quince millones de kurdos viven en Turquía, pero muchos turcos desconocen las profundas raíces históricas y la riqueza de la lengua kurda. Antes de 2002, las autoridades turcas se negaban a reconocer el kurdo como lengua propia hablada dentro de las fronteras de Turquía. Su política estaba arraigada en el proyecto nacionalista turco de forjar una nación cultural y lingüísticamente homogénea. Tras la fundación de la república en 1923, el turco se convirtió en la única lengua oficial, y esta política se amplió a la prohibición de los nombres kurdos (entre 1928 y 2013 se prohibieron los nombres que contenían las letras X, W, Q, Î, Û y Ê, que no se consideran parte de la lengua turca) y a un reasentamiento de poblaciones destinado a debilitar el dominio demográfico del kurmanji.

Algunas prohibiciones se suavizaron en la década de 2000 y principios de 2010, en el marco de la "apertura kurda" del gobierno turco, y más turcos, no sólo kurdos, empezaron a aprender kurdo. Pero en los últimos años, tras el cierre de la iniciativa democrática del gobierno sobre los derechos de los kurdos, han aumentado las tensiones en torno a la política kurda en Turquía. Mientras tanto, a pesar del creciente interés por el kurdo, aprender el idioma dentro de las fronteras de Turquía no es una demanda universal entre las familias kurdas. En 2019, un centro de investigación kurdo en Diyarbakır realizó una encuesta a 600 kurdos de entre 18 y 30 años en el sur de Turquía. El 44% dijo que podía hablar su lengua materna, y solo el 18% dijo que también podía leerla y escribirla. Cuando nueve partidos kurdos establecieron una "plataforma de la lengua kurda" en 2018 para promover el uso del kurdo, descubrieron que en numerosos municipios en manos del partido prokurdo HDP, los letreros en kurdo habían sido retirados por personas designadas por el gobierno. Para los activistas e intelectuales kurdos, esto era una prueba más de que el asalto a su lengua seguía siendo incesante.

Al traducir el Ulises a una lengua que, como él dice, "sobrevivió milagrosamente a las infernales condiciones de Oriente Próximo durante mil años", Nemir contaba con una ventaja: El kurdo, descubrió, se parece mucho al inglés antiguo, pues las sintaxis del kurdo y del inglés son bastante similares. En kurdo, que pertenece a la misma rama oriental del grupo de lenguas indoeuropeas que el inglés, el orden de las frases consta del sujeto, el verbo y el objeto, muy similar al del inglés. Los lingüistas Robinson Paulmony y Shivan Mawlood Hussein señalan cómo "tanto en inglés como en kurdo se distinguen los aspectos simple, perfecto y progresivo". El orden de las frases es prácticamente el mismo, por lo que es más fácil crear rimas.


De 2012 a 2015, Nemir terminó la mitad de su traducción del Ulises en Diyarbakır. Pero en 2014, meses después de comenzar su trabajo, una cadena de acontecimientos geopolíticos interfirieron en su vida y la de sus compatriotas kurdos. Al otro lado de la frontera siria, el grupo Estado Islámico emprendió actos genocidas contra las comunidades yazidíes de habla kurda de Siria, exiliando y ejecutando a hombres y obligando a mujeres y niñas a la esclavitud sexual. Mientras sus militantes esclavizaban, torturaban y ejecutaban a yazidíes, el grupo Estado Islámico ultimaba su avance sobre la ciudad kurda de Kobanî, en el norte de Siria. En septiembre de 2014, con 200 mil sirios buscando refugio en Turquía, voluntarios kurdos de Turquía exigieron cruzar la frontera para defender Kobanî. Pero el Estado turco no les permitió el paso y se negó a intervenir en la defensa de la ciudad. Esto provocó manifestaciones a favor de Kobanî en toda Turquía. Las protestas en Mardin, Van, Bingöl y Diyarbakır se saldaron con toques de queda. El 8 de octubre de 2014, 19 personas habían muerto en manifestaciones kurdas, y una semana más tarde, el número de muertos había llegado a 31: al menos un manifestante había fallecido por disparos de la policía; no se pudo identificar a los asesinos de balaceados en las calles. En noviembre, 15 mil kurdos se manifestaron en Diyarbakır, donde Nemir se desviaba cada vez más de su traducción del Ulises.

Las primeras barricadas para las protestas de Kobanî se levantaron frente al apartamento de Nemir. Entre una traducción y otra, presenciaba violentos enfrentamientos en la calle bajo la ventana de su estudio y veía otros en las redes sociales. Tras terminar un capítulo, pasaba la noche viendo los bombardeos aéreos de las ciudades cercanas de Nusaybin y Cizre.

Pero permanecer en Diyarbakır se volvió demasiado peligroso. A mediados de 2015, Nemir decidió reasentarse en Mardin, una ciudad más al sur, pensando que sería más tranquila. Formó un grupo de correctores, en su mayoría estudiantes de literatura kurda de la Universidad Mardin Artuklu. Como cada miembro procedía de un entorno distinto, todos aportaron palabras nuevas al texto de Joyce, llamando a los ancianos de sus familias en Hakkari, Van y Adıyaman para que buscaran palabras y luego notificando a Nemir sus hallazgos.

Mientras estudiaban la traducción de "Escila y Caribdis", el noveno capítulo del Ulises, por ejemplo, el grupo trató de encontrar el significado de la palabra "jobber", con la que Joyce designa al comerciante negro. Uno de los participantes localizó el equivalente kurdo, malgir, en una frase que encontraron en la ciudad de Hakkari, llamada así por la tribu kurda Hakkar. También estaba la palabra kurda para "buzo": durante una conversación en Mardin, Nemir se enteró de que significaba xozneber en kurdo, una palabra utilizada por los ancianos durante la década de 1980.

Nemir se pasó 2015 y 2016 revisando su Ulises con estas aportaciones. Su amigo lingüista Ergin Opengin, de la Universidad Americana del Kurdistán, dedicó horas al proyecto. Por su parte, Özmen, amigo de Nemir, trabajó en los diseños de las ediciones de bolsillo y tapa dura del libro, e intentó mantener el ánimo del traductor llevándole varios ejemplares del Ulises de Londres, Bruselas, Nueva York y París.

Hacia finales de 2017, Nemir vio que sus amigos activistas, artistas y periodistas abandonaban Turquía. El 1 de marzo de 2018, se dirigió al aeropuerto, cogiendo un bolso, un abrigo, ropa interior, un par de pantalones, sus cuadernos del Ulises y la edición Gabler. Tomó un vuelo de KLM a Ámsterdam, dejando atrás el archivo de Joyce que había reunido durante 27 años en Turquía, y llegó al aeropuerto de Schiphol a las 10 de la noche. La Fundación Holandesa para la Literatura había aceptado a Nemir como residente en la Casa de Ana Frank de Ámsterdam. Por aquel entonces, Nemir conoció a Aylin Kuryel y Fırat Yücel, una pareja turca que más tarde dirigiría Translating Ulysses, un documental sobre Nemir. Su película entrelaza el proceso de corrección del Ulises con la lucha de Nemir por encontrar un apartamento durante la crisis de la vivienda en Ámsterdam. En Turquía, el Festival Internacional de Cine de Estambul se negó a proyectar Translating Ulysses, que muestra imágenes de la violenta represión de las protestas de 2014 en Kobanî. Kuryel, el cineasta, en broma describió Translating Ulysses como un "documental censurado sobre la traducción de un libro censurado por su obscenidad a un idioma que sigue prohibido un siglo después."

A Nemir lo que más le interesa es lo que los autores kurdos dirán de su traducción. Özlem Belçim Galip, estudiosa de la literatura kurda en la Universidad de Oxford, cree que Nemir es "uno de los traductores que ven la lengua kurda como un océano de flexibilidad y creatividad donde no hay límites". Según Özmen, el Ulises kurdo marca un "punto de partida para todos los escritores, novelistas y cuentistas kurdos".

Con su rica historia de poesía y prosa, la literatura kurda presenta un gran número de estilos y temas para los escritores de hoy, y el Ulises kurdo, publicado el 21 de marzo de 2023, día en que los kurdos celebraron la llegada del año nuevo como parte de las festividades de Newroz, es un punto de partida para los esfuerzos literarios más experimentales en la ficción kurda contemporánea. La traducción de Nemir muestra lo amplio que es el vocabulario kurdo y lo experimentales que pueden ser los autores kurdos contemporáneos al escribir novelas y poemas en su lengua. La traducción les recordará las profundas reservas gramaticales del kurdo, y muchos podrán sentirse inspirados para producir textos que abracen una gran tradición poética al tiempo que articulan realidades actuales.

Actualmente, en su apartamento de Ámsterdam, Nemir está escribiendo una guía de lectura del Ulises en kurdo de 900 páginas, con referencias, fotografías y un prefacio de 200 páginas. En cuanto a su próxima traducción, dijo que está trabajando duro en "algo aún más grande" que Ulises: Finnegans Wake.

 

Kaya Genç es autor de tres libros de la editorial Bloomsbury: The Lion and the Nightingale (2019), Under the Shadow (2016) y An Istanbul Anthology (2015). Ha colaborado en las principales revistas y periódicos del mundo, entre ellos dos reportajes de primera plana en The New York Times, artículos de portada en The New York Review of Books, Foreign Affairs y The Times Literary Supplement, así como ensayos y artículos en The New Yorker, The Nation, The Paris Review, The Guardian, The Financial Times, The New Statesman, The New Republic, Time, Newsweek y The London Review of Books. The Atlantic eligió los escritos de Genç para su lista de "los mejores trabajos periodísticos de 2014". Crítico de Artforum y Art in America, y redactor colaborador de Index on Censorship, Genç ha dado conferencias en lugares como el Royal Anthropological Institute, y ha aparecido en directo en programas emblemáticos como el Leonard Lopate Show de WNYC y Start the Week de la BBC. Ha sido ponente en los festivales del libro de Edimburgo, Jaipur y Ways with Words, también posee un doctorado en Literatura Inglesa. Es corresponsal en Estambul de Los Angeles Review of Books.

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