La autora de este poema lleva casi un año desolada por la tambaleante democracia de su país, desde que Kaïs Saïed se instaló en la presidencia.
Farah Abdessamad
Tentación, vacilación, limitación - vallas
Puñetazo, barcha, golpe, golpe
Más fuerte hasta gritar
Gozo polifónico, tu canción de hogar, melodía de envidia y
Esperando
Esperando
Siéntate, mira un vómito rosa de carmesí y leche
corro
a un sí
a un no
Linger, nitidez enferma
Estrella pesada, delirante cabalgata de locura lunar
Limbo en esa bandera Cielo prensado; estoy despierto wallah
Lleno, noss, y
vacío
¡Dignidad!
Nubes rojas, olas - conspirando en esta gran salpicadura de nada
¡Nada!
Tiempo, tiempo, y tiempo otra vez deslizándose
Torre del reloj de Túnez, ring, ring
Minutos, horas, décadas de desesperación colectiva
corro
me atrapan
Padres, cantad, cantad
Inquieto, enfadado, estoy en un cementerio de piedad cianica
Cartas de magia, una maldición de la abundancia barajando
Un último baile de nuestra masa sin cabeza
A las calles
Nuestros bellos cuerpos, a la calle
Atascados en una corte de ensueños
No queda más que recoger los pedazos de dignidad
Deflagrados, flacos, comer, comer.