Gaza frente a Mosul desde el punto de vista médico y humanitario

27 noviembre, 2023 -

Las opiniones publicadas en The Markaz Review reflejan la perspectiva de sus autores y no representan necesariamente a TMR.

 

El autor es médico y periodista con experiencia en Irak y otras zonas de guerra. Sostiene que Hamás y el ISIS no son comparables.

 

Ahmed Twaij

 

Nunca olvidaré las espeluznantes nubes negras que envolvían Nínive cuando el ISIS incendió sus campos petrolíferos, lo que significaba el comienzo de la oleada final para liberar Irak de su dominio. Era de día, pero la oscuridad del humo creaba una premonitoria sensación de penumbra. Yo era periodista independiente y médico voluntario. Puedo recordar cada momento que pasé despierto en Mosul, escuchando las desgarradoras historias de los iraquíes que vivían bajo el brutal control del ISIS o atendiendo las heridas, a menudo despiadadas, de sus víctimas inocentes.

Por eso, cuanto más oigo a Israel comparar su asalto a Gaza con la guerra contra el ISIS, más clara se hace la campaña de desinformación israelí.

Las imágenes del ataque de Israel contra los palestinos han quedado grabadas para siempre en nuestra memoria. Han sido brutales, espantosas y horribles. Con decenas de miles de muertos inocentes en Gaza, la mayoría de ellos niños, la destrucción de hospitales enteros y un bloqueo continuado de la ayuda, cada vez es más evidente que la afirmación del ejército israelí de ser "el ejército más moral del mundo" es mera retórica.

A lo largo de su implacable ataque contra Palestina, el gobierno israelí ha intentado constantemente establecer paralelismos entre ISIS y Hamás, a pesar de que ambos son incomparables. Desde la declaración del primer ministro Benjamín Netanyahu: "Hamás es el ISIS, y al igual que el ISIS fue aplastado, también lo será Hamás", hasta la promoción de un hashtag en las redes sociales que reitera esa afirmación (#HamasisISIS) y anuncios en Youtube (dirigidos a niños occidentales) que también hacen explícito el paralelismo. El intento de asociación entre ambos es un esfuerzo concertado para hacer que el asedio a Gaza sea algo más aceptable y justificable para el público occidental, a pesar de que nunca se ha desplegado un asedio tan despiadado contra Mosul, controlada por el ISIS.

Cuando se consideró que el ISIS era una amenaza mundial, con atentados en Londres, París, Estados Unidos y otros lugares, se creó una coalición mundial -que obtuvo un amplio apoyo internacional- para destruir al ISIS. Israel se ha aprovechado de este miedo al terrorismo internacional para justificar la destrucción de Gaza y de sus habitantes civiles. Sin embargo, el ISIS era una organización transnacional fundada sobre la ideología del takfirismo (que defiende el asesinato de cualquiera que discrepe de tus creencias) frente a Hamás, que se creó para ser un movimiento de resistencia nacionalista palestino. Sus medios de resistencia le han llevado a figurar en las listas de terroristas de todo el mundo y cualquier pérdida o atentado contra vidas inocentes es deplorable; sin embargo, la amenaza que supone Hamás no es la misma amenaza global que supone el ISIS. Así que a diferencia de lo que Netanyahu quiere que el mundo crea, Europa no "será la próxima".

Pero, sigamos -por un momento- el juego de las comparaciones de Israel. Mark Regev, un alto asesor de Netanyahu declaró el mes pasado: "para sacar al ISIS de Mosul, hubo víctimas civiles". Y en efecto, las hubo.

Habiendo estado presente en Irak durante la guerra contra ISIS como MD voluntario y periodista freelance, fui testigo de primera mano de los intentos de liberación así como de las brutales tácticas de ISIS. Si Israel quiere comparar la guerra actual en Gaza con la liberación de Mosul del control del ISIS, entonces deberíamos hacerlo.

Ambas regiones tienen una población similar. Antes del comienzo de la guerra, la franja de Gaza tenía una población de 2,2 millones de habitantes (la mayoría menores de 18 años) y Mosul tiene una población de alrededor de 1,8 millones. Al igual que Gaza, Mosul también es una ciudad densamente poblada, con algunos barrios casi impenetrables. Aunque la muerte de un solo civil es demasiado, en los 18 meses de lucha que hicieron falta para liberar finalmente Mosul, entre 1.000 y 3.200 civiles murieron tristemente a manos de las fuerzas de la coalición. En comparación, en el momento de escribir estas líneas, las fuerzas israelíes han matado a 13.300 civiles palestinos en sólo seis semanas. Familias enteras han sido borradas del registro civil. Por no hablar de la devastación infraestructural, que ha dejado inhabitable gran parte del norte de Gaza, debido a la crueldad de la campaña aérea.

Israel ha matado a más palestinos en Gaza en las últimas semanas que palestinos han matado a israelíes desde 2008, según estadísticas de la ONU.

La gran diferencia entre Gaza y Mosul es que las fuerzas especiales iraquíes parecían dar algún valor a la vida de los iraquíes, mientras que las fuerzas israelíes carecen de toda preocupación por la vida de los palestinos, como dejó claro el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, al referirse a los palestinos como "animales humanos".

Las fuerzas de seguridad iraquíes también establecieron humanitarios para permitir el paso seguro de civiles inocentes fuera de Mosul antes y durante la campaña en Mosul. Fuimos testigos de un convoy tras otro de civiles que desafiaban la dura ruta a través de las llanuras de Nínive para llegar a los campos de desplazados internos establecidos a través de una serie de organizaciones benéficas internacionales. Al llegar, vi a los civiles de Mosul celebrando por fin un soplo de libertad. Pero a pesar de huir de sus hogares, se les garantizó que se les permitiría regresar a sus casas si obtenían una autorización de seguridad.

Sin embargo, en Gaza no existe tal vía de escape. Tanto Israel como Egipto han cerrado todos los accesos de entrada y salida de Gaza. Todos los civiles han quedado atrapados en una franja que tiene menos de un tercio del tamaño de la ciudad de Los Ángeles y a la que cada vez se califica más de campo de concentración. Incluso los corredores humanitarios dentro de los confines de Gaza que, según Israel, eran rutas de evacuación seguras, han sido atacados.

Israel ha afirmado a menudo que el motivo de que el número de víctimas civiles en Gaza sea tan elevado es que Hamás ha impedido a los civiles salir de sus casas. Ningún palestino ha confirmado esta afirmación, a pesar de que varios periodistas han estado presentes en Gaza. En Mosul, en cambio, el ISIS impidió realmente a los civiles huir en busca de seguridad, a veces incluso a punta de pistola.

Palestinos caminan entre los escombros de edificios destruidos por ataques aéreos en la ciudad de Gaza en octubre de 2023. Un reportaje de Al Yazira de noviembre de 2023 señalaba que los bombardeos israelíes habían causado daños en más del 50% de las viviendas de toda Gaza, según funcionarios locales (foto cortesía de Hassan Eslaiah/AP).

Con inquietantes ecos de la primera Nakba (o gran catástrofe) palestina de 1948, no se ha garantizado que ningún palestino desplazado en Gaza pueda regresar jamás. Incluso si finalmente pueden, ¿a qué regresarían? Más del 60% de las viviendas de Gaza han sido destruidas, por no hablar de escuelas y hospitales.

En lo que sólo puede calificarse de castigo colectivo, el gobierno israelí ha convertido en armas las infraestructuras civiles y ha cortado el suministro de agua y electricidad a la franja, lo que también desmiente la afirmación de que Israel puso fin a su ocupación de Gaza cuando se retiró formalmente en 2005.

La restricción del agua y la electricidad fue considerada un crimen de guerra por la presidenta de la UE , Ursula von der Leyen, cuando Rusia hizo algo similar en Ucrania, pero ahora que Israel lo está haciendo, cuenta con el apoyo de los políticos occidentales. La coalición liderada por Estados Unidos en Irak nunca recurrió a semejante castigo colectivo contra la población de Mosul, y el acceso al agua se consideró primordial para la vida civil. Tal vez sea más acertado considerar que, de hecho, fue el ISIS quien convirtió el agua en arma y cortó su suministro a los civiles de Mosul.

El suministro de agua se convirtió en esencial para ayudar a sobrevivir a los civiles de la ciudad. Como médico que trabajaba en los campos de desplazados internos de las afueras de Mosul, tenía acceso a medicamentos básicos, tratamiento y, lo que es más importante, agua potable. El personal médico teníamos que pasar las noches en tiendas de campaña o durmiendo en nuestros coches, pero en ningún momento nos preocuparon los ataques aéreos de la coalición dirigidos contra estas zonas seguras. Los recursos médicos eran constantes, ya fuera a través de una serie de donaciones de ayuda internacional o del gobierno iraquí. Israel, sin embargo, ha impedido que la ayuda entre en Gaza, lo que ha provocado un rápido agotamiento de los medicamentos en la franja, y el goteo que finalmente permitieron entrar desde Egipto apenas supone el 10% de lo que Gaza solía recibir.

Testimonios estremecedores revelan que en Gaza los médicos tienen que realizar sin anestesia operaciones que salvan vidas. En un vídeo desgarrador, vemos a un cirujano palestino afligido tras haber tenido que realizar una amputación a su propio hijo sin anestesia, sólo para que su hijo no sobreviviera a la intervención.

En Irak, si se requería algún tratamiento crítico, los pacientes eran transportados a Bagdad mediante un corto vuelo en helicóptero. Gaza, sin embargo, es una zona de exclusión aérea desde hace décadas, excepto para los destructivos aviones de combate israelíes. Incluso en épocas de ausencia de conflicto, a los pacientes les resulta extremadamente difícil conseguir un permiso para recibir cuidados críticos fuera de Gaza.

Cuando se concede el permiso, las ambulancias gazatíes siguen sin poder salir de la franja. En lugar de ello, incluso el paciente más gravemente enfermo o herido de urgencia debe someterse a lo que se denomina un traslado sucesivo, en el que se le baja de la ambulancia en Gaza y se le sube a una ambulancia en el lado israelí de la frontera, retrasos que podrían suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Al igual que el permiso, este traslado debe organizarse con antelación, lo que hace casi imposible proporcionar la atención oportuna que requieren las emergencias.

Durante las últimas semanas en Gaza, las ambulancias palestinas han sido objeto de ataques aéreos israelíes. Para que quede perfectamente claro: los ataques contra los esfuerzos de ayuda de emergencia se consideran crímenes de guerra. En un ataque, que dejó "horrorizado" al Secretario General de la ONU, Israel atacó un convoy entero de ambulancias en un ataque aéreo. En Mosul, las ambulancias nunca fueron consideradas objetivos por la coalición liderada por Estados Unidos.

Los ataques aéreos en Mosul fueron mucho más contenidos. Para reducirlos al mínimo, el ejército iraquí iba puerta por puerta limpiando los barrios del ISIS. Sólo cuando se veían rodeados e incapaces de avanzar, llamaban a la coalición estadounidense para que lanzara ataques aéreos. En mi calidad de periodista, a menudo acompañaba al ejército observando su conducta. Y recuerdo el sonido de los ataques aéreos resonando por las estrechas calles de la ciudad. A pesar de tales precauciones, la coalición seguía siendo criticada (y con razón) por el número de víctimas civiles que se producía, y a menudo eran investigadas a posteriori y, en ocasiones, se indemnizaba a las víctimas.

Israel, por otro lado, ha estado atacando ciegamente en Gaza, sin ningún esfuerzo por minimizar las causalidades civiles, ya que supuestamente buscan eliminar a Hamás. A diferencia de Irak, durante semanas no hubo aproximación terrestre, sólo bombardeos de alfombra. En un caso chocante, Israel mató al menos a 50 palestinos en el campo de refugiados de Yabalia y posteriormente afirmó, sin pruebas, que había matado a un comandante de Ham ás en el proceso. Hamás lo negó.

Estos bombardeos ciegos han provocado la destrucción de complejos hospitalarios enteros, hasta el punto de que ya no hay hospitales en funcionamiento en el norte de Gaza. La profanación de la santidad de las instalaciones sanitarias es potencialmente un crimen de guerra. Una unidad de oncología infantil fue arrasada supuestamente utilizando el cohete Hellfire RX9 de nuevo diseño (con sus cuchillas giratorias, imagínense una picadora de carne humana). En ningún momento Israel ha aportado pruebas de que alguno de estos hospitales fuera utilizado como base de Hamás. Y ahora que el daño ya está hecho y los hospitales han quedado fuera de servicio, son los inocentes gazatíes y sus habitantes más vulnerables los que más sufren y a los que el Dr. Ghassan Abu Sittah, médico británico que había estado de voluntario en Gaza, se refirió como una "catástrofe autosostenida".

En cambio, en Mosul, los ataques contra instalaciones sanitarias se redujeron al mínimo y sólo como último recurso, tras haber confirmado que el ISIS utilizaba los edificios como base militar. Los militares iraquíes se pasaron días luchando contra los combatientes del ISIS en el complejo hospitalario Al-Salam de Mosul; sólo cuando no pudieron avanzar solicitaron ayuda a Estados Unidos en forma de ataques aéreos. E incluso entonces, se utilizó un ataque de precisión dirigido específicamente contra el edificio que albergaba a los combatientes del ISIS. Israel afirma que Hamás ha escondido sus bases en búnkeres debajo de los hospitales de Gaza, lo que lleva a preguntarse por qué destruir entonces las instalaciones que salvan vidas y que están encima.

Al igual que estas instalaciones sanitarias, los lugares de culto tampoco han sido seguros en Gaza, ni siquiera los utilizados como refugios por los civiles. Se han destruido mezquitas antiguas en lo que parece un intento de borrar la identidad palestina. En octubre, Israel atacó la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, destruyendo una reliquia delsiglo XII que albergaba a cristianos y musulmanes que buscaban refugio de la violencia. Estos ataques han hecho temer la extinción de los cristianos de Gaza. Resulta irónico que, mientras Israel se ha dedicado a comparar al ISIS con Hamás, en realidad sea Israel quien se comporte más como el ISIS y amenace a la comunidad cristiana autóctona de la región.

En Mosul, las iglesias fueron saqueadas por el ISIS y los cristianos expulsados de la ciudad por la ideología takfiri de los militantes. Vi iglesias convertidas en campos de tiro debido a su diseño largo y estrecho. Sin embargo, a pesar de que estas iglesias se convirtieron en bases militares del ISIS, no fueron destruidas por la coalición y siguen en pie, a pesar de los esfuerzos del ISIS por evitarlo.

Asimismo, la protección ofrecida a los periodistas en cada conflicto es otro punto de contraste. Israel no sólo ha intentado silenciar a la prensa en Gaza prohibiendo a los periodistas extranjeros la entrada en la franja (hasta hace poco sólo se les permitía con escolta de las FDI), sino que se han producido lo que parecen ser ataques selectivos contra periodistas y sus familias, con más de 50 periodistas muertos hasta la fecha. En Mosul, menos de un puñado de periodistas murieron durante el conflicto, siendo todas las muertes atribuibles al ISIS. De hecho, el periodismo se consideraba globalmente vital para el éxito de la coalición, y recuerdo una avalancha de corresponsales extranjeros aterrizando en Erbil en los días previos al asalto a Mosul.

Si Israel quiere comparar a Hamás con ISIS deberíamos examinar todos los aspectos de esta comparación. Israel afirma que su guerra contra Gaza es una guerra contra Hamás, pero está claro para los observadores que se trata en realidad de una guerra contra Palestina. Lo que estamos presenciando no es autodefensa en absoluto, sino una campaña destructiva con una mínima consideración por la vida de los palestinos. Incluso el Papa Francisco haintervenido para anunciar que "hemos ido más allá de las guerras. Esto no es una guerra. Esto es terrorismo".

¿Quizás sea más acertado comparar al ISIS con Israel? Mientras que hasta la fecha el ISIS ha matado deplorablemente a 33.000 inocentes en cinco años, Israel, en sólo un mes, ha matado devastadoramente a más de un tercio de esa cifra. Por supuesto, nada de lo que he escrito absuelve en absoluto a Hamás de ninguno de sus crímenes -eso no es lo que se discute aquí-, pero lo que sí vemos es un patrón recurrente de violencia llevado a cabo por un Israel que sigue actuando con impunidad.

Ya es hora de que Israel se mire en el espejo. En realidad, la pregunta que debería hacerse es: ¿condena usted a Israel?

 

Ahmed Twaij es periodista multimedia y director de cine afincado en Londres. Su debut como director de documentales, Mighty Penguins, se estrenó en el Festival de Cine de Tribeca y actualmente está desarrollando varios documentales. Ha trabajado en periodismo escrito, sonoro y visual, y ha publicado en numerosos medios de todo el mundo, como The Independent, Guardian, New York Times, CNN, Vice y BBC, entre otros. Su trabajo le ha llevado por Estados Unidos, Reino Unido, Europa y Oriente Próximo. También ha publicado numerosos artículos sobre la representación musulmana y de Oriente Medio en Hollywood. Ahmed ha sido nominado a múltiples premios internacionales, entre ellos por los vídeos musicales que ha dirigido. También es miembro de Everyday Projects y comisario de EverydayIraq, una plataforma de medios sociales en línea dedicada a arrojar luz sobre la vida cotidiana de los iraquíes y proporcionar una nueva narrativa para la nación. Ahmed es también médico en ejercicio y ha trabajado anteriormente como médico humanitario en zonas de guerra.

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