En esta época de genocidio e intento de borrar al pueblo palestino, contamos con una gran cantidad de poemas y otros escritos de personas palestinas, tanto dentro como fuera de Gaza. En su última recopilación, Fady Joudah aborda la insuficiencia y la necesidad del lenguaje para transmitir el dolor y la esperanza de los palestinos en estos momentos, a la vez que expone un reto al que se enfrenta la poesía palestina, quizá especialmente la poesía escrita en inglés, donde se espera que los poetas cuenten la condición palestina, por mucho que se resistan a hacerlo.
[...] por Fady Joudah
Ediciones Milkweed, 2024
ISBN 9781639551286
Eman Quotah
¿Qué futuro nos reserva el momento actual? Una catástrofe sin precedentes, en la que el ejército de Israel ha matado y enterrado vivos a decenas de miles de palestinos en cuestión de meses. Este momento (que significa "periodo en el tiempo") en el que a cada momento (que significa "fracción de hora"), el Estado israelí mata aún más palestinos en Gaza, por bala, bomba o inanición. Este momento en el que las palabras que escribimos una semana después de que Hamás invadiera y matara a 1.200 judíos israelíes y otras personas, una semana después del comienzo del bombardeo y la invasión terrestre de Israel que, hasta ahora, ha matado a más de 30.000 palestinos, entre ellos tantos, tantos niños, cuando lo que escribimos entonces sobre el alcance del horror al que se enfrentaban los gazatíes no parece diferente de las palabras que podríamos escribir hoy. Y, sin embargo, cada día el horror se intensifica. Las palabras nunca son adecuadas y a menudo racistas; falla la gramática; los adjetivos se llenan de prejuicios. Y el tiempo sigue acumulándose.
Las palabras, el lenguaje, nunca son suficientes, pero sea cual sea el futuro desde el que miremos atrás, tendremos un gran corpus de poemas y otros escritos compuestos por palestinos, desde dentro y fuera de Gaza, durante esta época de genocidio e intento de borrado.
El poeta, traductor y médico palestino-estadounidense Fady Joudah presenta [...] su sexto poemario, en el cual aborda la insuficiencia y la necesidad del lenguaje para transmitir el dolor y la esperanza de los palestinos en este momento.
Joudah ha perdido a muchos miembros de su familia en los bombardeos israelíes sobre Gaza. Escrito principalmente entre octubre y diciembre de 2023, el no-título de su nuevo volumen se repite como el no título de más de la mitad de sus poemas. Al resistirse a la titulación y a la forma en que los títulos crean y dirigen significados -no sólo dejando su obra sin título, sino llamando la atención sobre el hecho de borrar los títulos-, Joudah hace una elección creativa y atrevida. En el podcast" PalCast - Un mundo, una lucha" del 5 de marzo, el poeta explicó: "No podía imaginar palabras como título" de la colección.
En su lugar, quiso señalar el silencio: el silenciamiento de los palestinos en lo que él denomina "inglés", con lo que dice referirse a la "lengua hegemónica", ya sea el inglés, el francés o el alemán. Reconocer la tendencia del mundo de arrancar a los palestinos su capacidad de guardar silencio , un silencio que a veces necesitan, ya sea por dolor, en busca de curación o bien porque las palabras no pueden expresar la magnitud de sus pérdidas y tristezas.
Y también, el silencio de la muerte.
"Es un libro que pide a la gente que reconsidere el tipo de escucha que no han ofrecido a los palestinos", dice Joudah en el podcast. "Qué tipo de escucha creen que han estado ofreciendo a los palestinos, sin haberlo hecho realmente, especialmente en inglés".
En otras palabras, este libro nos pide que nos callemos y escuchemos.
La reciente polémica en Guernica subraya el punto de vista de Joudah. A principios de marzo, la revista se retractó de "de un mundo roto", un ensayo de la escritora y traductora británico-israelí Joanna Chen, tras la dimisión de docenas de editores voluntarios y lectores y tras meses de desacuerdos internos sobre la postura de la revista ante el boicot, la desinversión y las sanciones. La retractación ha sido muy criticada. Pero, como era de esperar, ninguna de la media docena de noticias o artículos de opinión sobre la polémica se remonta a losescritores palestinos cuyas críticas del ensayo sobre X desencadenaron las dimisiones. Y ninguno aborda realmente sus críticas al artículo por considerarlo colonialista y poco dispuesto a abordar las realidades del apartheid israelí. Entre ellos se encuentra Joudah quien retiró su próxima publicación en Guernica, un Q&A que finalmente publicó en otro sitio.
Se le puede sacar mucho partido a lo que nos sugiere [...], pero ¿cómo [re]orienta nuestra lectura de los poemas? Es una convención poética referirse a un poema sin título utilizando el primer verso o una parte del mismo entre paréntesis. Así, el Soneto 18 de Shakespeare es [¿Te compararé con un día de verano?], y el primer soneto del libro de Diane Suess Frank: Sonetos de Diane Suess es [Conduje hasta Cape Disappointment].
Mediante esa lógica, al poema de Joudah [...] que comienza "Diariamente te despiertas con la matanza de tu gente, su lengua acentuada/en la leche de tu madre", se le niega un título entre corchetes, y por lo tanto también, le falta una primera línea. Si la línea no se encuentra ahí es porque no estábamos escuchando. Porque el narrador no ha querido que la escuchemos. Porque el narrador comenzó con una línea de silencio. Porque esa línea fue borrada o eliminada, por el narrador o por un censor. Porque [...].
Similarmente, el poema [...] que comienza:
Has entrado en el túnel.
Hay una luz en el túnel sin fin.
Cada palabra que piensas
ya ha sido escrita
por ti o por otros que rozan
la espuma de sus mares.
Les encanta viajar.
Te quieren más cuando estás muerto.
Estás más vivo para ellos cuando estás muerto.
¿Cómo leemos y comprendemos estas líneas cuando percibimos que han sido precedidas por un espacio en blanco? ¿Una línea a la que no podemos dar sentido por su ausencia? ¿Sugiere la línea ausente las decenas de miles de palestinos desaparecidos en Gaza, sepultados bajo los escombros o enterrados en el anonimato? ¿O los miles de palestinos que Israel ha detenido, los miles que han desaparecido de sus hogares, familias y comunidades? ¿Sugiere un desplazamiento sin fin?
¿Te obliga el silencio a escuchar?
Ahora, lee las siguientes líneas, e imagina una larga pausa, una respiración profunda antes de hablar, o un silencio de un momento o más -un momento de silencio al principio:
[...]
No querían matar a los niños.
Lo han hecho.
Demasiados niños se interpusieron
de precisión imprecisa
bombas de una tonelada
lanzadas mil y una veces
sobre las noches de los niños.
Joudah no es el único de los poetas palestinos anglófonos (o, más exactamente, bilingües) que hace visibles las ausencias. Por ejemplo, la poeta, novelista y psicoterapeuta palestino-estadounidense Hala Alyan, en su obra Revisión, publicado en noviembre de 2023, se hace ilegible en ocasiones:
Una vez tuve una abuela.
Una vez tuvo memoria.
Se echó a perder como la leche.
Por teléfono, me preguntaba por mi hijo, si estaba inquieto,
si ya comía sólidos.
Me preguntaba si hacía honor a su nombre.
Le decía que sí. Siempre decía que sí. Le preguntaba su nombre y era [ ].
Soñé que ella decía:
[ ]
[ ]
[ ].
Y varias líneas después, Alyan escribe:
Si dice Gaza debe decir [ ].
Si dice [ ] debe decir [ ].
He oído a Alyan leer este poema, y cuando lee los espacios en blanco entre corchetes, dice: "Redactado". Es escalofriante. Evoca la censura de los demás, la autocensura y la falsa escucha, como cuando los políticos dicen estar preocupados por la muerte de civiles, pero podemos imaginarlos tapándose los oídos con las manos y diciendo "Lalalalala" (que en árabe oímos como "Nonononono"). Cuando usted o yo leamos o escuchemos los poemas de Alyan o Joudah, deberíamos pensar en lo que el escritor y artista de performance palestino-estadounidense Fargo Nissim Tbakhi dice sobre la catarsis en su ensayo "Notas sobre el oficio: Escribir en la hora del genocidio":
Nadie debe salir de nuestro trabajo sintiéndose purgado, limpio. Nadie debería vivir feliz durante la guerra. Nuestros lectores pueden sentirse así cuando la liberación sea la condición previa de nuestro trabajo, y no el sueño. Cuando es el lugar en el que nos situamos, y no el lugar hacia el que nos sacudimos.
En su colección, Joudah se enfrenta a un reto al que se enfrenta la poesía palestina, quizás especialmente la poesía escrita en inglés, donde se espera que los poetas, por mucho que se resistan a hacerlo, expliquen la condición palestina. El problema, por supuesto, no es la poesía en sí o la palestinidad del poeta, sino la ocupación y la Nakba, que continúan sin cesar. La sensación de estar atrapado en un bucle temporal, de modo que un poema escrito en 2021 o 2014 o 2011 - o en 1982 sobre el estado de ocupación y el apartheid, los bombardeos y la inminente muerte palestina, se lee como si pudiera haber sido escrito hoy, y viceversa. Por ejemplo, el ya famoso "Si debo morir" del poeta y profesor palestino Refaat Alareer, en el que el narrador contempla su propia muerte y pide al lector que le recuerde: "Si debo morir/tú debes vivir/para contar mi historia". Alareer publicó el poema en X, antes Twitter, un mes antes de que el ejército israelí lo asesinara a él y a miembros de su familia en Gaza en un ataque selectivo el 6 de diciembre de 2023. Sin embargo, Alareer escribió "Si debo morir" en 2011.
Alareer no era vidente. No podía ver el futuro. Simplemente vivía bajo las condiciones de un ciclo de terror mortal que se repetía sin cesar.
Joudah rinde homenaje al poema de Alareer - que, desde su muerte, se ha traducido a unos 40 idiomas - y al propio poeta en un poema [sin] título [...] que comienza con los versos: "De repente yo/'en un incendio' morí". ocupa un lugar de honor en la contraportada de [...]donde normalmente irían las reseñas y la descripción del libro. A diferencia del verso lírico y esperanzado de Alareer, con la imagen de una cometa blanca en el cielo que un niño confunde con un ángel que mira hacia abajo. El poema de Joudah es irregular y frenético, poco dispuesto a pasar al lector el catártico papel de narrador y portador de la antorcha. Y, sin embargo, termina poderosamente con "yo" (repitiendo su primera línea), como si el mártir renaciera, una y otra vez, a pesar de todos los intentos del ocupante por apagarlo. Leídos en conjunto, los poemas de Alareer y Joudah entregan y desafían el sentimentalismo; se elevan y se estrellan contra el suelo; aceptan lo inevitable y se resisten a ello; abrazan la belleza y el lirismo y a la vez lo rechazan.
El poder del "yo" se revela aún más cuando uno se dirige al poema final del libro, "Sunbird". El narrador pasa del yo a nosotrosy viceversa, comenzando con los versos: "Revoloteo/del río brillante/al mar resplandeciente/de todo lo que somos/a todo lo que soy". Volando con el pájaro sol (símbolo de la libertad, la resistencia y la esperanza palestinas), el poema se desplaza por todas las direcciones de la tierra, "del este fresco al oeste salado,/dulce sur//y libre norte". Finalmente, se lanza: "Del vientre/al aliento,/y uno con la unidad//yo soy:/del río/al mar".
En ese espíritu de unidad, la colección de Joudah se lee mejor en conversación con otros poetas palestinos que escriben en este momento. Alyan, así como Zeina Azzam, cuyo "Escribe mi nombre"fue escrito y publicado el otoño pasado inspirándose de aquellos padres que escribian los nombres de sus hijos en la piel para ayudar a identificarlos si alguno de ellos moría. Mosab Abu Tohase ha convertido en algo así como poesía de resistencia y testimonio en los últimos cinco meses. Haya Abu Nasseractualmente en Gaza. Rasha Abdulhadique convierte incluso su biografía en un documento de protesta. Y muchos otros. Así como el trabajo de otros escritores árabes, como el de Omar Sakr "... en el genocidio".
Es muy importante que los poemas de Joudah y la obra de estos otros poetas no sean simplemente palabras que leemos. Leer ahora la obra de los palestinos y alzar la voz o emprender acciones para poner fin al genocidio, devolver a casa a todos los rehenes israelíes y palestinos y ayudar a luchar por la libertad y la liberación de todos es una traición de proporciones épicas. No podemos permitirnos sentir catarsis. Debemos escuchar de verdad para que el futuro desde el que miremos atrás sea el futuro que queremos y necesitamos.