Jordan Elgrably
Al igual que los eventos en directo, incluidos conciertos y espectáculos cómicos, estuvieron muertos en el agua debido a Covid durante mucho tiempo, el cine se encontró en una especie en peligro de extinción. Las salas de cine estuvieron vacías durante casi dos años y hoy en día suelen estar al 30% de su capacidad -en Europa, en cualquier caso-, por lo que los cineastas no sólo luchan por obtener financiación y conseguir que se produzcan sus películas, sino que dependen cada vez más de las ventas de vídeo bajo demanda, para que sus obras puedan encontrar público. Aunque a primera vista esto permite una mayor distribución democrática (hoy en día hay más gente conectada a la red debido a la pandemia), la belleza del cine sigue estando en sentarse en una sala amplia, llena de otros cinéfilos.
Reconozcámoslo, mirar en la pequeña pantalla o en un dispositivo portátil ha encogido nuestro mundo, y ha puesto en peligro elséptimo arte.
Por eso me animo tanto ante la perspectiva de asistir a un festival de cine, y la 44ª edición del CINEMED de Montpellier acaba de celebrar esta mañana su primera conferencia de prensa, en la que se ha hablado de la nómina de películas y cineastas (decenas) que se presentarán del21 al29 de octubre. Entre las retrospectivas de cineastas habrá proyecciones dedicadas a la documentalista franco-marroquí Simone Bitton y al director franco-tunecino Abdellatif Kéchiche, así como a la directora española Icíar Bollain. Bitton, reconocida pacifista, es árabe y judía y ha dedicado gran parte de su carrera a los desvalidos, entre ellos los palestinos, y a apoyar la entente judeo-musulmana.
CINEMED, para quienes no estén familiarizados con él, proyecta una amplia gama de películas de todo el Mediterráneo y los países vecinos, incluida gran parte del sur de Europa, Oriente Próximo y el norte de África. Es un acontecimiento verdaderamente democrático e intercultural, rebosante de joyas cinematográficas.
Asistí por primera vez a CINEMED en 2017, cuando el festival se centraba en Argelia y sus cineastas. Tuve la oportunidad de ver películas que probablemente no habría encontrado fácilmente en las salas locales, y hablé con un puñado de directores más jóvenes, entre ellos Amel Blidi, Sofia Djama, Damien Ouniri, Lyes Salem y Karim Moussaoui. "La comunidad internacional se ha fijado en la producción cinematográfica argelina desde que terminó oficialmente la Década Negra", escribí entonces. "Varios directores han afirmado que se convirtieron en cineastas por una necesidad casi imperiosa de compartir historias argelinas con el mundo".
Además de Bitton y Abdellatif, otros cineastas árabes que asistirán a CINEMED durante las proyecciones de sus películas son Mounia Meddour, Rachida Brakni, Ramzi Ben Sliman, Erige Sehiri, Rachid Bouchareb y Roschdy Zem. Varias proyecciones serán avant-premières.
"Tenemos que abogar por la cultura", insistió el alcalde de Montpellier, Michel Delafosse, en la rueda de prensa de esta mañana. Firme partidario de tender puentes culturales, añadió: "Es inconcebible temer a los demás; al contrario, tenemos que acercarnos a ellos". Delafosse criticó las políticas antiliberales y xenófobas de Vladimir Putin y del húngaro Viktor Orban, mientras que otro orador en el estrado, Leoluca Orlando, criticó a la previsible nueva Primera Ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, al afirmar que "en nuestro tiempo hay un problema con la libertad, y ésta es nuestra oportunidad de apoyarla". Orlando, ex alcalde de Palermo, es este año el presidente invitado de CINEMED.
Visite la página web de CINEMED para más detalles y, si se encuentra en Montpellier esta temporada, espero verle pronto en una sala de cine.