De la mano de New Directions y de dos devotos traductores, llega un nuevo volumen de la obra clásica de Adonis, Canciones de Mihyar el Damasceno. Escrita a principios de la década de 1960, está considerada como la cúspide del movimiento poético modernista en el mundo árabe, una ruptura radical con las rígidas estructuras formales que habían dominado la poesía árabe hasta la década de 1950. Basándose no sólo en influencias occidentales, como T.S. Eliot y Nietzsche, sino en la profunda tradición e historia de la poesía árabe, Adonis llevó a cabo una transformación magistral y sin precedentes de las formas y temas de la poesía árabe, iniciando una profunda revalorización de las tradiciones culturales y poéticas. Canciones de Mihyar es una obra maestra de la literatura universal que reescribe -a través de mitos mediterráneos y místicos sufíes renegados- lo que significa ser árabe en el mundo moderno.
Kareem James Abu-Zeid sobre la traducción de Adonis
Cuatro poderosos poemas de Adonis, de Hijos de Mihyar el Damasceno
Piedra
Adoro esta piedra tranquila
Vi mi cara en sus líneas,
Vi mi poesía perdida en ella.
La herida
1
Las hojas dormidas bajo el viento:
Un recipiente para la herida.
El tiempo que perece: la gloria de la herida.
Los árboles alzándose entre nuestros latigazos:
Un lago para la herida.
La herida yace en los puentes
Cuando la tumba se alarga
Cuando la paciencia se extiende
Entre las orillas de nuestro amor y la muerte.
La herida, un gesto, es pasajera.
2
Doy la voz de la herida
A la lengua de las campanas estranguladas,
A la piedra que se acerca desde lejos,
A la aridez y a la tierra árida,
Al tiempo llevado en una camilla de hielo,
Enciendo el fuego de la herida.
Cuando la historia arda en mis vestiduras
Cuando brotan uñas azules en mi libro,
Cuando grito durante el día,
¿Quién eres?
Quién te empuja
En mis cuadernos
¿En mi tierra virgen?
En mis cuadernos, en mi tierra virgen
vislumbro dos ojos de polvo
Y oigo a alguien decir,
"Yo soy la herida que crece
En tu estrecha historia".
3
Te llamé nube,
herida, paloma de partida,
te nombré pluma y libro.
Y aquí estoy, iniciando un diálogo
ntre la lengua ahogada y yo
En las islas del éxodo,
En el archipiélago de la antigua caída.
Y aquí estoy, enseñando el diálogo
Al viento y a las palmas
Herida, paloma de la partida.
4
Si tuviera un puerto, si tuviera un barco
En la tierra de los sueños y los espejos,
Tuve los restos
De una ciudad, si fuera una ciudad
En la tierra de los niños y el llanto,
Las forjaría todas para la herida
En una canción como una lanza
Que atraviese árboles y piedras y cielo,
Una canción tan flexible como el agua,
rebelde y aturdida, como la conquista.
5
Mundo adornado de sueños y anhelos,
Llueve sobre nuestros desiertos,
Llueve, pero sacúdenos, palmas de la herida,
Y rompe para nosotros dos ramas
De los árboles que aman el silencio de la herida,
De los árboles con pestañas arqueadas y manos
Que velan la herida.
Mundo adornado de sueños y anhelos,
Mundo cayendo en mi frente,
Dibujado como la herida,
No te acerques, la herida está más cerca que tú.
No me tientes-la herida es más bella,
Y la herida ha pasado por ese encanto
Lanzado por tus ojos
En los últimos reinos,
Pasó sin dejar una vela que la tentara a extraviarse,
sin dejarle una isla.
Ha muerto un Dios. . .
Un dios ha muerto, ha caído
Desde allí, desde el cráneo del cielo.
Tal vez en el terror y la destrucción,
en medio de la desesperación, en el desierto,
El dios surgirá de mis profundidades.
Tal vez, porque la tierra es mi lecho, mi novia,
porque el mundo mismo se inclina.
Mi inquietud
Oscuridad en mi horizonte, Mi inquietud-
Constreñid mi renacimiento, atadlo y desgarradlo,
Asaltadlo y quemadlo.
Tal vez en sus cenizas
inventaré un claro amanecer.