"El pequeño plato de barro", un cuento popular de Siwa

6 Diciembre, 2024 -
Bel Parker escuchó historias alrededor de la hoguera en los desiertos de Siwa. Está convencida de que "ha cambiado durante su viaje desde la boca del narrador" hasta sus palabras escritas. Cree que una mala traducción podría haber aportado nuevos colores y detalles y "alejado la historia del "relato fiel" que ella pretendía". Parker escribió El ayudante del carnicero - Una historia real ambientada en Alejandríasobre el trabajo en un farargi en el barrio de Kom el-Dika.

 

Bel Parker

 

Esta historia comienza con un pobre sastre. Su pequeña sastrería era una más en una calle de sastrerías que habían vivido tiempos mejores. Un día, el sastre decidió que ya estaba harto y decidió buscar fortuna en otra parte. Preparó una pequeña bolsa con algunas cosas para el viaje, entre ellas un pequeño plato de arcilla que le había hecho su madre. Después cerró la tienda y se despidió de los demás sastres. Se burlaron al ver su figura desaparecer. ¿Qué podía esperar encontrar?

El pobre sastre viajó y viajó, sin apenas detenerse a descansar. Tras un largo y difícil viaje, por fin dio con una hermosa isla. Era verde y fértil, con ríos serpenteantes y árboles cargados de fruta. Cuando miró de cerca las piedras y guijarros que había bajo sus pies, vio que estaban salpicados de oro. Verdaderas piezas de oro.

Los habitantes de la isla eran gente alegre y generosa. Tenían forma humana, excepto por los ojos: ¡sólo tenían uno cada uno! Los isleños quedaron asombrados y encantados con el segundo ojo del sastre, y no tardaron en nombrarle rey. Vivía en un palacio de oro y se daba banquetes diarios de carne, pescado y frutas deliciosas. Todas las noches celebraba fiestas en su palacio para los habitantes de la isla, con cantos y bailes y mucho vino. Así vivió en la isla durante 20 años y fue muy feliz. Sin embargo, después de tanto tiempo, empezó a sentir nostalgia de su antigua vida y de su pequeña sastrería. Decidió regresar. Cuando comunicó su decisión a los isleños, éstos derramaron muchas lágrimas de sus singulares ojos y le ofrecieron oro para que se lo llevara. Queriendo agradecerles toda su generosidad, les dio lo único que tenía: el pequeño plato de barro que había hecho su madre. Exclamaron maravillados ante este extraño y hermoso regalo y le enviaron de vuelta.

Cuando el sastre regresó a su querida tiendecita, los demás sastres no podían creer al hombre cambiado que veían ahora. Les habló de la isla, de las riquezas y de la vida feliz que había vivido, y repartió entre ellos el oro que le quedaba. Uno de los otros sastres, con el que continúa esta historia, no quedó satisfecho con la porción de oro que había recibido y resolvió viajar él mismo a la isla. Durante las semanas siguientes, trabajó sin descanso para confeccionar ropa fina que pudiera ofrecer a los isleños a cambio del oro. Una vez terminada la ropa, el segundo sastre emprendió el largo viaje.

A su llegada a la hermosa isla, los isleños tuertos celebraron el segundo sastre como lo habían hecho con el primero. Organizaron una gran fiesta en su honor y le pidieron que fuera su rey. El sastre se negó a gastar su nuevo oro delante de los demás sastres. Sacó las ropas que había confeccionado para los isleños. Exclamaron de alegría al tocar las finas sedas y terciopelos. El segundo sastre observó sus reacciones con satisfacción y pensó con ensueño en las montañas de oro que seguramente recibiría. Una vez terminada la fiesta y el baile, el segundo sastre se preparó para partir. Los isleños se reunieron para discutir cómo podrían recompensar a aquel generoso forastero. El oro, tan abundante en aquellos parajes, no era seguramente lo bastante valioso. Así que los buenos isleños obsequiaron al segundo sastre con su objeto más preciado: un pequeño plato de arcilla. 

 

Bel Parker es una directora de teatro y lingüista londinense. Estudió árabe en la Universidad SOAS y pasó un año en el extranjero en Alejandría en 2017, donde trabajó en una carnicería halal. Después se formó en teatro físico en el Lecoq de París y dirigió talleres para refugiados de habla árabe. De vuelta a Londres, fue directora asociada de The Big House, una compañía de teatro que trabaja con personas que han abandonado la asistencia social. Allí dirigió programas artísticos, obras de teatro y cortometrajes documentales y cinematográficos. Ahora, autónoma como directora y creadora teatral, acaba de estrenar en Seven Dials Playhouse la comedia de nueva creación Invocando a Sondheimy prepara el estreno en festivales de su primer cortometraje Bajo la mantay está a punto de estrenar una nueva producción de Hansel y Gretelescrita por Josh Azouz y desarrollada con un reparto de la Big House.

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