Censura, quema de libros y orientalismo en Abu Dhabi
La profesora de Abu Dhabi Deborah Williams contrasta la nueva censura estadounidense de "Maus" y la quema de libros de Harry Potter con su propio programa de estudios potencialmente incendiario.
La profesora de Abu Dhabi Deborah Williams contrasta la nueva censura estadounidense de "Maus" y la quema de libros de Harry Potter con su propio programa de estudios potencialmente incendiario.
A todos los árabes de sangre caliente les gusta una buena teoría de la conspiración, al igual que a muchos estadounidenses, observa el crítico cultural Mike Booth.
Iason Athanasiadis pinta el retrato de Bahoz, un kurdo apátrida que seguirá luchando para que le acepten el asilo en Europa.
I. Rida Mahmood denuncia el doble rasero de los republicanos y de los conservadores del Tribunal Supremo que sostienen que ningún presidente está por encima de la ley.
Un expatriado estadounidense demuestra cómo la distancia le ayuda a uno a ver su país con más claridad, al lamentar lo mucho que ha caído la democracia tradicional estadounidense.
La columnista Lorraine Ali recuerda 2021 como el año de la insurrección del 6 de enero, la pandemia de Covid-19 y la debacle de Omicron y los republicanos.
Una tragedia familiar (todos las tenemos), poderosas formas de devoción y amor, y un enfoque político común para los "pueblos derrotados" del mundo: todo ello revisado durante un fin de semana en Múnich.
180.000 aficionados a la música electrónica asistieron al festival SOUNDSTORM en Riad este mes, pero como escribe la columnista Melissa Chemam, "es imposible no ver estos eventos como parte del poder blando del país y de su política para blanquear su terrible historial de derechos humanos".
El racismo asoma su fea cabeza por todos lados, pero Tariq Mehmood se niega a dejarse amilanar.
Nuestro columnista compara el humor árabe/musulmán y el judío y encuentra más cosas en común de las que cabría esperar.
Emiratos Árabes Unidos acaba de cumplir 50 años como país, y Deborah Williams, residente desde hace 10 años, hace balance.
Vender tu querida colección de libros para pagar el alquiler duele, pero es mejor que morirse de hambre o estar en la calle.